¿En qué casos no es recomendable la terapia online?
¿Qué es la terapia online?
La terapia Online permite que se rompan barreras que dificultan el acceso a una psicoterapia. Cualquier persona en cualquier lugar del mundo, con un teléfono o cualquier dispositivo con conexión a internet puede ponerse en contacto con un psicólogo.
Si bien es cierto que es muy beneficioso para todas las personas, no todas las situaciones son propicias a que se dé una terapia Online.
Es primordial a la hora de realizarla que se den unos requisitos mínimos como son:
- Contar con una buena conexión a Internet
- Estar en un espacio que favorezca el trabajo terapéutico
¿A quién va dirigida la terapia online?
La terapia Online va dirigida principalmente a adolescentes mayores de 16 años y adultos, siendo el formato individual y de pareja los más aptos para este tipo de intervención.
Las cuestiones que se pueden abordar son:
Trastornos del estado de ánimo: Ansiedad/Depresión.
Trastornos psicosomáticos.
Problemas en las relaciones interpersonales: Ámbito laboral, social, de pareja y familiar.
Autoestima y desarrollo personal.
Motivación y reorganización de objetivos, tanto en ámbito laboral como académico.
Sexualidad.
Maternidad.
Duelo.
Adicciones.
Preocupaciones constantes.
Problemas de insomnio.
Otras cuestiones que afecten a la realización adecuada de las tareas del día a día.
Las cuestiones que no se recomiendan abordar son:
Trastornos mentales graves: trastornos de personalidad, disociativos, psicóticos, ideaciones o intentos de suicidio.
Abusos sexuales recientes.
Violencia de género en el momento en que se realiza la terapia.
Trastornos de la alimentación: anorexia o bulimia.
El aspecto que más influye es en definitiva, que el tratamiento nunca tenga una pérdida de eficacia y que se puedan manejar las diferentes situaciones de crisis que puedan surgir. En todos los casos se tiene que valorar la situación de la persona que pide ayuda para verificar que se puede realizar un trabajo eficaz, y esta valoración se realiza de manera continua.
En casos graves, donde se pueda presuponer momentos de crisis que requieran de una actuación rápida, o no se pueda dar el control necesario por parte del profesional, no es recomendable este formato de terapia.