¿Qué efectividad tiene la psicoterapia on-line?

La terapia on-line es una de las múltiples herramientas en internet de la psicología.  Consiste en llevar a cabo un tratamiento psicológico a través de contacto virtual.
Hoy en día podemos distinguir entre dos modalidades de terapia on-line:

  • La terapia a distancia: Puedes conectarte con el terapeuta a través de una llamada telefónica o una videoconferencia.

  • La terapia web automatizada: Puedes recibir ayuda por medio de aplicaciones que utilizan inteligencia artificial para procesar el lenguaje natural tratando de reproducir una conversación con un terapeuta.

 

Aunque la psicología ya usaba internet como medio para complementar intervenciones presenciales, realizar evaluaciones u obtener muestras más amplias, actualmente se puede llevar a cabo una terapia 100% On-line. Además, el tipo de corriente o enfoque psicológico que es empleado por el terapeuta no supone un impedimento para poder realizar la intervención.

Sin embargo hay que tener en cuenta algunas variables que pueden hacer no aconsejable la terapia on-line. Éstas son la edad o tipo de población del paciente, los ejercicios propuestos y algunos trastornos o problemáticas. Es responsabilidad del terapeuta tenerlas en cuenta para diseñar la intervención más beneficiosa para el paciente.

Para más información te recomendamos consultar nuestro artículo “¿En qué casos no es recomendable trabajar Online?”

¿Es eficaz la psicoterapia on-line?

La eficacia de la modalidad on-line ha sido centro de preocupaciones desde que comenzó a ser utilizada. Aunque la mayoría de investigaciones al respecto proceden de la terapia cognitivo-conductual, otras corrientes como el psicoanálisis o el humanismo se están interesando recientemente por demostrar el éxito terapeútico en intervenciones on-line.

Un estudio Canadiense publicado en la Journal of Anxiety Disorders en 2016 examinó los beneficios de un tratamiento cognitivo-conductual específico en 458 pacientes administrado de manera presencial y on-line. Las tasas de finalización, los niveles de satisfacción y los resultados en escalas sintomatológicas no difirieron significativamente cuando el tratamiento fue administrado por terapeutas que trabajaban de manera telemática o de manera presencial.

Otro estudio suizo publicado en 2014 en la Journal of Affective Disorders analizó la eficacia de un tratamiento cognitivo conductual en 62 pacientes diagnosticados de depresión divididos en dos grupos en función del formato de la terapia (presencial y on-line).

Pasados 3 meses de tratamiento, los investigadores encontraron que en ambos grupos alrededor del 50% de los pacientes ya no estaban diagnosticados de depresión y la satisfacción de ambos grupos estuvo por encima del 90%.

Ambos artículos concluyen que, aparentemente, la modalidad de terapia on-line ofrece los mismos resultados que en persona. Aunque existen algunas investigaciones con resultados contradictorios son más numerosos los estudios que concluyen favorablemente la realización de terapias on-line.

¿Cómo influye entonces el medio empleado para realizar las sesiones?

El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid realizó en 2017 una encuesta a 468 psicólogos colegiados en relación al uso y las principales razones y preocupaciones de la implementación de nuevas tecnologías en los procesos terapéuticos. Ya por entonces, el 27% de los psicólogos utilizaba algún tipo de medio on-line para llevar a cabo su trabajo, un 60% se posicionó a favor del uso de nuevas tecnologías como apoyo en la terapia y únicamente el 13% de los encuestados se mostró en desacuerdo ante la inclusión del medio on-line.

También encontraron que entre las 10 principales preocupaciones de los psicólogos había dos que destacaban por encima de las demás: La pérdida de información relevante (primera preocupación para el 28% de los encuestados y segunda preocupación para el 66%) y la dificultad para establecer un buen vínculo con el paciente (preocupación principal para el 28% de los encuestados y secundaria para el 60%).

Sin embargo, en una investigación realizada en 2012 por Mount Sinai School of Medicine de Nueva York que analizaba los resultados de 11 estudios sobre la alianza terapéutica generada de manera on-line en salud mental, concluyó que:

  • El vínculo creado entre paciente y terapeuta no se veía afectado por la realización de terapias on-line, pareciendo equivalente al generado en terapias cara a cara.
  • La media de satisfacción con el vínculo creado con el terapeuta era mayor en los pacientes que realizan su terapia on-line.
  • Es necesario realizar más estudios sobre el vínculo en terapias on-line ya que solo pudieron seleccionar 11 estudios de los 840 que revisaron (1.3%).

Aparentemente, el factor humano es más determinante en la efectividad de la terapia que el medio que se emplee. De hecho, el uso de nuevas tecnologías puede tener también un efecto positivo sobre las intervenciones al reducir costes temporales o económicos a los pacientes o facilitando algunos procedimientos.

Estos resultados impulsaron a los principales organizaciones de psicología como la APA (American Psychological Association) o el COP (Colegio Oficial de Psicólogos) a crear la Guías Oficiales de Teleterapia para tratar de regular y formar a los psicólogos en esta nueva modalidad de terapia.

Finalmente podemos extraer tres conclusiones claras en relación a la efectividad de la terapia on-line:

  • No es recomendable en algunas circunstancias y es responsabilidad del terapeuta (siempre en conjunto con el paciente) determinar la viabilidad de realizar la terapia o algunas sesiones on-line.
  • La efectividad terapéutica está más determinada por el vínculo terapéutico (la relación que estableces con el psicólogo) que por la modalidad. Por ello es importante que el paciente se sienta cómodo y tenga una buena relación con su psicólogo (o como comúnmente diríamos, que le caiga bien). Animamos a no dejarse llevar por el miedo de “probar” a conocer a diferentes psicólogos, al fin y al cabo, somos personas antes que profesionales.
  • Tener en cuenta que la pérdida de información es una de las principales barreras en procesos o sesiones on-line y hacer un esfuerzo extra en la comunicación.

Si quieres revisar las investigaciones empleadas para la realización de este artículo, aquí tienes las referencias donde poder encontrarlas:

  • Czalbowski, S., Bastos A. y Roperti, E. (2014). Psicoanálisis a distancia: reflexiones en torno al tratamiento en un tiempo globalizado, tecnológico y conectado a través de Internet. Intersubjetivo, 14(1). Madrid: Quipú Instituto.
  • González-Peña, P., Torres, R., Del Barrio, V., y Olmedo, M. (2017). Uso de la tecnología en la práctica psicológica en España. Infocop
  • Hadjistavropoulos, H., Nugent, Alberts, N., Staples, L., Dear, B. y Titov, N. (2016). Transdiagnostic Internet-delivered cognitive behaviour therapy in Canada: An open trial comparing results of a specialized online clinic and nonspecialized community clinics. Journal of Anxiety Disorders, 42, 19–29.
  • Lawlor-Savage, L. y Prentice, J. L. (2014). Digital cognitive behaviour therapy (CBT) in Canada: Ethical considerations. Canadian Psychology, 55, 231–239.
  • Sucala, M., Schnur, J., Constantino, M., Miller, S., Brackman, E. y Montgomery, G. (2012). The therapeutic relationship in e-therapy for mental health: A systematic review. Journal of Medical Internet Research, 14, 175–187.
  • Wagner, B., Horn, A.B., Maercker, A. (2014). Internet-based versus face-to-face cognitive-behavioral intervention for depression: A randomized controlled non-inferiority trial. Journal of Affective Disorders. 152–154, 113-121.